No se puede decir que fue una mujer fuera de época, pues el valor, el coraje y la decisión no tienen épocas ni momentos. Ella fue un ser extraordinario que logró abrir caminos en el aire, con las alas que su espíritu cargaba. Cursó estudios superiores en la Universidad de Columbia, Nueva York. Durante la Primera Guerra Mundial sirvió como enfermera en un hospital de campaña canadiense. En 1928, se convirtió en la primera mujer en realizar como pasajera la travesía del Atlántico, en un avión comandado por los pilotos Stultz y Gordon. Ese mismo año realizó varios vuelos en solitario a través de Estados Unidos. Se hizo célebre por ser la primera mujer en efectuar un vuelo sin escalas y en solitario, a través del Atlántico, proeza que no se realizaba desde que Charles A. Lindbergh lo logró en 1927. Cartagena tuvo el privilegio de tenerla en su territorio, pues esta maravillosa mujer-piloto norteamericana, aterrizó en terrenos de Bocagrande, en el año de 1930. En enero de 1935 llevó a cabo en solitario la travesía entre Honolulú y Oakland, recorriendo una distancia superior a la existente entre Estados Unidos y Europa. Convirtiéndose así, en la primera piloto en completar con éxito este peligroso viaje sobre aguas del Pacífico. A finales de ese mismo año estableció un nuevo récord de velocidad, volando sin escalas entre Ciudad de México y Nueva York en algo más de catorce horas.
En 1937 emprendió un viaje alrededor del mundo, que sería el último, pues su avión desapareció del radar cuando volaba sobre el Océano Pacífico, a unas cien millas de las Islas Howland, cerca de Honolulu. Nunca fueron hallados sus restos, los de su acompañante Fred Noonan, ni los de su avión. Amelia le escribía cartas a su esposo George Palmer Putman, éstas fueron publicadas en el libro “Last Flight” (El último vuelo). Esta es una de las últimas que le escribió, cumpliendo su última travesía:"Creo que tan sólo queda un vuelo exitoso más en mí, y espero que éste viaje sea eso. De cualquier manera, cuando termine este trabajo, pienso retirarme de esta clase de vuelos de "malabarismo de larga distancia". "Quiero que sepas que soy muy consciente de los riesgos... Lo hago porque lo quiero hacer. Las mujeres deben tratar de hacer las cosas tal como los hombres lo han hecho. Y cuando fallen, su fracaso no debe ser sino un reto para otras."
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