En Cartagena el modelo de desarrollo urbano no ha sido muy diferente al del resto de las ciudades colombianas, las cuales han crecido bajo un proceso acelerado, que no les ha permitido adoptar un orden racional; uno de estos elementos es el de las constantes migraciones causadas por los diferentes actores de nuestra historia, que lo único que finalmente han logrado es convertir la pobreza y el despojo rural en pobreza y desconcierto urbano, lo cual nos da como resultado hoy, una ciudad desprovista de orden, donde nacen y cabalgan a gran velocidad, núcleos humanos espontáneos sin ningún tipo de control. Cartagena ha vivido, dentro de ese proceso de desarrollo urbano, cinco tipos de ciudad: la ciudad de origen o colonial, la republicana de expansión, la suburbana norteamericana, la espontánea de invasión que va paralela con la ciudad moderna y finalmente la de hoy SXXI, que no sé cómo llamarla, ¿ciudad libre? ¿ciudad sin ley? ¿ciudad anárquica?...”. La primera expresión de crecimiento urbano de Cartagena, la vemos a finales del S.XIX, cuando la ciudad siente que se ahoga dentro de su corralito, y se inicia un proyecto de ciudad sana, el cual consistía en “romper” el cordón de murallas y expandirse hacia terrenos cercanos como El Cabrero, Manga y Pie de la Popa. Para este crecimiento fueron determinantes las características geográficas del territorio, donde podemos ver que la ruta que toma la mancha urbana en Cartagena, es hacia tierra firme, con un trazado lineal, que sigue las vías antes marcadas por puentes que cosían los diferentes trozos de terreno.
La cultura, la economía, la política y la ética son los elementos básicos para crear una sociedad, estos elementos deben ser manejados por profesionales idóneos, cargados de sabiduría, pues son ellos los únicos que finalmente serán la conciencia de las ciudades. En este trabajo no puede intervenir libremente el ser humano, es esa espontaneidad la que ha creado el caos, donde la ley se acomoda para beneficios particulares, donde predomina el yo y no el nosotros, donde por defender mis supuestos derechos, puedo avasallar los derechos de los demás. Eso nos explica claramente por qué nuestra ciudad tiene un comportamiento urbano descontrolado, por lo tanto la pregunta es: ¿Quién ha de ser el autor de esta obra llamada ciudad?. La sociedad en conjunto por supuesto, acompañada de profesionales preparados para esta misión, pero estoy absolutamente convencida de que esta responsabilidad recae totalmente en el arquitecto, quien está obligado a ser dueño de una visión creadora y organizadora, debe ser capaz de ver en el vacío y al mismo tiempo poder dar continuidad a una construcción que evoluciona con el paso del tiempo, sin obviar la profundidad histórica que el contexto abarca. El arquitecto debe ser primero urbanista, para después poder acercarse a la creación de las formas internas de la ciudad. En arquitectura se estructuran espacios y volúmenes, en urbanismo se estructura a la sociedad, con la ocupación y usos del suelo. Ambos deben estar en completa comunión y lograr un óptimo equilibrio y armonía, pues la composición ordenada es la esencia de la vida misma y de ella se ha de partir para la creación, desarrollo y continuidad de las ciudades.
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