viernes, 25 de junio de 2010

CHAMBACÚ: REALIDADES, SUEÑOS Y PESADILLAS

“La niña Etelmina Caraballo, no escuchaba las sombras que la seguían, eran ellas las que tal vez no le dejarían hacer lo que llevaba grabado en su pensamiento: quería libertad a costa de lo que fuera! Solo sentía el rechinar de la cascarilla de arroz y la humedad del lodo que penetraba las grietas de sus acorazados pies. Se acabó la miseria, se acabaron las vergüenzas y humillaciones, el sufrimiento y el dolor. La muerte en su silencio eterno le brinda la solución. La tierra se llenará de ella, pero sus siete hijos, uno de cada padre, buscarán unos brazos cómplices que los acunen hasta el momento en el que descubran que la vida se debe enfrentar a puños y golpes. Conocerán el sabor del barro, de la sal, del sudor, del olvido y de la eterna espera de un futuro mejor, para finalmente escuchar el crujir de sus huesos y el llamado de la tierra. La niña Etelmina les dejó un destino, el mismo que ella recibió de sus padres...”

En los primeros años del siglo pasado, surgen diferentes barrios extramuros constituidos por familias de escasos recursos, uno de ellos, es el sector de la antes conocida Isla de Elba, terrenos cenagosos que limitaban con la Laguna del Cabrero y la de Chambacú. El sector fue rellenado con cascarilla de arroz, basuras y toda clase de desechos sólidos. Lentamente sembraron muros, techos y vidas, convirtiéndose en una de las zonas más grandes de invasión y miseria. Ese era Chambacú, sus habitantes eran gente sumida en la pobreza, los cuales lograban sobrevivir con trabajos de servidumbre para las familias acomodadas de la ciudad o como obreros de la construcción. Hacia la primera mitad del siglo XX, su población aumentó de manera considerable, al sumársele los habitantes desalojados de los barrios Pekín, Pueblo Nuevo y El Boquetillo, sectores aledaños a las murallas. Debido al crecimiento del turismo en la ciudad, y su proximidad al centro amurallado, este sector se convirtió en un gran obstáculo por la imagen de miseria y descontrol social que presentaba, es por esto, que a finales de los años 60, el sector de Chambacú e inclusive el barrio El Papayal, hacen parte del proyecto de erradicación de tugurios y renovación urbana de la Zona Norte. Se inicia de esta manera, el desalojo y reubicación de sus habitantes hacia 1970, realizado por el Instituto de Crédito Territorial (I.C.T), entidad que en ese momento manejaba la política de vivienda social. Chambacú no solo representa para Cartagena un sector, en su tierra están escritas muchas historias, y no solo de color negro, hay historias blancas y de colores. Todas estas historias las podemos ir a ver, escuchar y vivir en los barrios de El Pozón, Paraguay, Tesca, Ceballos, Arrozbarato, etc.

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