viernes, 25 de junio de 2010

ÉRASE UNA VEZ, BOCAGRANDE...

Si bien es cierto que Bocagrande se destaca por su aspecto moderno, también encontramos que forma parte de toda esa historia que distingue a Cartagena. Una de las primeras obras de Ingeniería Militar (mediados del S. XVIII), fue la muralla submarina ó escollera que se construyó en la principal entrada a la bahía, la de Bocagrande. Esta impedía el paso hacia la bahía entre la isla de Tierra Bomba y la península de Bocagrande. Tuvo dos fuertes: en la Punta de Icacos (fuerte Vargas, finales S.XVI y San Matías,) y en Punta Judío, hoy Club Naval (fuerte de Santa Cruz, mediados S.XVII). En 1893, se construyó el Muelle La Machina, en la entrada de Bocagrande, el cual fue primordial para la recuperación de la economía cartagenera.
Su presencia en el trazado de la ciudad, nos brinda una propuesta urbana resultado del ensanche obligado de la villa colonial y republicana, creándose un modelo de barrio suburbano norteamericano. La Urbanización de Bocagrande como tal, se inició a fines de la década de 1920, cuando la compañía canadiense Andian National Corporation se estableció en Cartagena, hecho que tuvo una gran influencia para la ciudad en cuanto a economía, fisonomía y sociedad. La finalidad de esta compañía era la construcción de un oleoducto para la explotación de petróleo.
En 1921 la Andian compra el Muelle de la Machina, para ese mismo tiempo urbanizó el sector de Bocagrande, donde construyó viviendas para sus empleados y vendió lotes para que también hicieran sus casas personas no vinculadas a la empresa. En 1926 la Andian construía 17 casas y un Club Social para sus empleados. En 1941 la Armada Nacional ubica su Escuela, donde permanece por 20 años, hasta que se traslada a la Isla de Manzanillo.
En 1941, el arquitecto cubano Miguel Carrera y el Ingeniero Enrique Zeizel, iniciaron la construcción del Hotel Caribe, el cual fue ubicado en un área desierta en la península: Punta Icacos. Abrió sus puertas en enero de 1946, convirtiéndose en poco tiempo, en uno de los más atractivos centros sociales de Cartagena. En la década de los 50 aparecen el Hospital de Bocagrande y la Iglesia del Perpetuo Socorro. Desde entonces, Bocagrande ha tenido un desbordado crecimiento, convirtiéndose en un barrio que lo soporta todo, desde ventas irregulares, hasta construcciones del más alto estrato social.

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