viernes, 25 de junio de 2010

NO OLVIDEMOS A JUAN ANTONIO HORRILLO, Nos ha dejado su espíritu enmarcado y colgado de un clavo en la pared

Nació en Morón de la Frontera, Sevilla, España en 1926. Se gradúa en la Escuela de Artes de Santa Isabel de Hungría, donde hace en tres años, el programa de estudios que era para cinco. En 1950, zarpa en un barco hacia Colombia. Horrillo es recibido en Cartagena por su compatriota Eladio Gil. Fue muy acogido en la ciudad y cultivó valiosas amistades como, Hernando y Eduardo Lemaitre, Teresa Román de Zurek, Yiri Pitro y Susanne, Augusto Tinoco, Miguel Sebastián Guerrero, Jaime Gómez O’Byrne, Blasco Caballero, Pierre Daguet, entre otros. En 1956, se casa por poder con Milagros, quien llega a Cartagena en 1957, iniciando así su hogar en la Cartagena de entonces. Fue cofundador del Instituto musical y de Bellas Artes de Cartagena en 1958, con Maruja de León de Luna Ospina, Adolfo Mejía y otros. Ahí trabajó como profesor de dibujo de anatomía humana, óleo, acuarela y acrílico. Horrillo es recordado por sus alumnos como un hombre generoso, un verdadero maestro sin ninguna mezquindad, pues compartía abiertamente sus conocimientos con sus discípulos, entregándose sin reservas al placer de enseñar. Fue una pieza fundamental en el desarrollo de las artes plásticas en la Cartagena del S. XX. Creó la agencia “Ya Publicidad”, donde podía desplegar su capacidad artística en el ámbito comercial.
Creador de imágenes, expresiones y significados étnicos de esa Cartagena que descubre, la que lo acoge y abriga para el desarrollo de su obra, brindándonos una hermosa armonía entre la ciudad y su gente. No podemos pues, concebir su obra, sin entender que en él vivía un profundo amor por Cartagena y su cultura. Con la fuerza de su imaginación, sus trabajos han trascendido y trascienden en el universo de una región que conserva aún sus tradiciones y costumbres, congeladas en el tiempo, ausente del diario, acelerado y atropellador desarrollo. Es sorprendente descubrir cómo a pesar del inevitable transcurrir de los años, sus cuadros siguen vigentes y vivos, tal parece que hubiesen sido concebidos y realizados hoy. Dios le dio días cortos y prematuros, pero también fue especialmente generoso con él, pues le regaló un inmenso talento, una gran sensibilidad y un infinito amor por lo que le rodeaba, dejándonos percibir la música, los sonidos, gritos o lamentos que no escuchamos, trazándolos en el lienzo a base de firmes y seguras pinceladas, esto lo podemos observar en su obra ”Represión”, la cual se encuentra hoy expuesta en el Museo del Palacio de la Inquisición.
La herencia que deja no se limita a su obra como artista plástico, se prolonga a la formidable y ejemplar familia que siembra sus raíces en estas tierras americanas. Una esposa de una fe indestructible, de gran fortaleza espiritual, la cual a pesar de los avatares de la vida, sale adelante y conserva, con un amor inquebrantable y sincero, todas las obras que el artista deja. Para ella los años no transcurren, sus recuerdos y vida con Juan son presente, tan presente, que al conversar con ella podemos sentir su presencia y su alma en cada una de sus palabras. Juan Antonio ha dejado en Cartagena, su espíritu por siempre!

3 comentarios:

  1. Gracia Adela, muy bonito, pensando en hacer un libro ilustrado de sus cuadros. Aqui a la orden su hijo Juan Javier Horrillo Caraballo

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  2. Hola adela, muchas gracias por tu publicacion, dejame decirte que tu articulo me ha aliviado un poco, me encuentro haciendo una investigacion sobre el maestro Juan Antonio Horrillo, aunque no he podido encontrar mucha bibliografia sobre el, te agradezco si en algun momento lees esta publicacion me comentes de donde pudiste sacar esta informacion y si tienes conocimiento de libros o mas articulos sobre el.

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